A 100 años de la revolución y ¡sin ningún cambio!


Revolución: Cambio violento en las estructuras políticas, sociales o económicas de un país; mientras busco la definición de esta palabra, me remonto hace más de 20 años, cuando no existía el Internet, ni los celulares y teníamos que hacer la tarea buscando en la enciclopedia y transcribiendo lo que el texto decía.

La verdad, que importante es tener estas herramientas de trabajo, pues desde ayer no hay Internet, no hay radio (Nextel), no hay celulares, no hay bancos, no hay cajeros automáticos, y los centros comerciales no aceptan pagos con tarjetas de créditos, pues los sistemas están caídos, huella inequívoca del paso del huracán “Alex” que dejo devastada a la Sultana del Norte y por lo tanto, toda esta región paga las consecuencias.

Para tener una catarsis completa, tuve que desempolvar mi antigua enciclopedia y buscar algunos datos que desde el pasado lunes me dan vueltas en la cabeza.

Estaba viendo la televisión y de pronto la propaganda que como mexicanos nos debemos unir para celebrar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, poco después, me hablan por teléfono para confirmarme la noticia: “Acaban de asesinar a Rodolfo Torre Cantú”, al oír esto, hacen un corte informativo y aparece los conductores para dar la noticia, me quedo petrificada, no puedo creer, los portales digitales enseñan las fotos de la tragedia.

Esta demás comentar lo que paso en la semana, todos los diarios, los noticiarios de radio, TV y por Internet dieron la vuelta al mundo con la noticia.

Pero, la pregunta es si ¿Vamos a festejar el centenario de la Revolución?. A 100 años de esta, seguimos actuando de manera primitiva.

¿Qué dirían Francisco I. Madero, Emiliano Zapata o Pancho Villa si se enteraran que exactamente a un centenario de que ellos dieron todo por un cambio en el país, seguimos igual?

Nuestros tres grandes héroes revolucionarios y otros más, murieron asesinados, traicionados, por alguien a quien le molestaba sus ideologías, les estorbaba su presencia, el ser lideres, queridos y respetados por las multitudes.

No quiero decir que Rodolfo Torre Cantú sea un héroe, pero talvez si un mártir (quien muere por defender sus opiniones). Lo que da vergüenza, es que de nada sirvió el sacrificio de la gente que nos dio una Independencia hace 200 años, o de los revolucionarios de hace 100. Seguimos siendo como los cangrejos vamos caminando hacia atrás, pero eso si, nos dicen celebración y nos sentimos patriotas, nos pintamos de los colores de la bandera y a bailar se ha dicho.

¿Qué vieron en Rodolfo Torre Cantu?, ¿vieron verdades y no mentiras como en la mayoría de los políticos de este país? ¿Por qué una muerte así? Como político, como tamaulipeco y mexicano, ¿era a quien muchos esperábamos?, ¿era el quien nos iba a dar el cambio que tanto necesita Tamaulipas?, Eso ya nunca lo vamos a saber, yo quiero creer que si.

En fin, como periodista, me encantaría poder entrevistar a Doroteo Arango y preguntarle ¿Qué opina sobre ese asesinato?, ¿Qué piensa de los candidatos que están jugando hoy por quedarse en la silla gubernamental?, ¿Qué potencial le vería a Torre Cantú?, Si fuera Tamaulipeco, ¿a quien le daría su voto?, que opina de su México, del México por quien dio la vida. Talvez se moriría otra vez de la vergüenza, de ver que de nada sirvió su sacrificio, ni de otros héroes, de miles de revolucionarios, ni de las soldaderas. Se moriría al ver que los corridos, donde cuentas las hazañas de la época ahora se han convertido en “narcocorridos”.

Hace 100 años, México estaba en manos de quienes anhelaban el poder político, económico, cultural, en manos de quienes querían tener la forma de vida de Europa. La revolución se hizo para darnos igualdad, para darnos libertad, tierra al campesino, prosperidad…

Cien años después, México siguió igual, seguimos en manos de mercenarios políticos, en manos de la delincuencia organizada, en manos de Estados Unidos, nuestra libertad en todos los sentidos coartada, el campesino relegado, sube el número de desempleo, de marginación, de pobreza, de desnutrición, de analfabetos, de violencia, de “compadrazgos”, de hermanos incómodos y golpes bajos.

Pero, el show debe continuar, y como dicen en la Monarquía ¡Muera el Rey, viva el Rey¡, hoy es día de elecciones, debemos salir a votar porque es nuestra obligación, no dejemos nuestra boleta en blanco, no demos oportunidad a malas jugadas, votemos por quien creamos que puede ser un buen gobernador, un buen alcalde y un buen legislador.

Ya no se si decir, que “Dios nos ampare, o la fuerza nos acompañe”

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