El ángel caído

Y resulta que su segundo nombre es Jesús, lo detienen en Italia (cuna del catolicismo) un domingo de ramos y sus amigos lo han negado más de tres veces, es más, se esfumaron.
Las preguntas son… ¿Quién fue el Judas?, ¿Quién cobrará los 15 millones de pesos de recompensa que ofreció la PGR por su paradero? Después de tantos años buscándolo, de repente en la vía pública lo encuentran y es llevado al calabozo… Me hubiera gustado ver ese beso traidor.
Vaya analogía, ni punto de comparación. Recordemos que uno es el hijo de José y María y murió crucificado para redimirnos de nuestros pecados, el segundo es hijo de Tomàs Yarrington Santos y Carmen Ruvalcaba, él, solo dejó un estado hundido en la pobreza y el desprestigio, agarró sus maletas, su dinero y se fue a vivir la vida por las calles de Florencia.
Ambos crecieron pobres, uno caminaba sin sandalias por las calles de tierra de Jerusalén y el otro corría descalzo por la calle Terán, en su “amado Matamoros”. Uno era predicador, el otro fue excelente orador, los dos convencían a sus oyentes.
Jesús “el Nazareno” tuvo sus apóstoles y a María Magdalena, quienes lo siguieron hasta el fin y creyeron en su resurrección, después se volvieron predicadores.
El otro Jesús, también tuvo “apóstoles”, y a María Antonieta, su esposa, quien lo ha seguido, “hasta el infinito y más allá”, todos recibieron grandes favores, y todos querían vestir igual que él, tanta era su devoción que una tienda de prestigio de Estados Unidos, vendía las camisas color 'Azul Yarrington'.
El hijo de Dios, fue sentenciado a muerte por los mismos judíos, por lo que Poncio Pilatos quinto prefecto de la provincia romana de Judea (ósea italiano de nacimiento) se lavó las manos, ante tal petición, pues él, les decía que fuera Barrabas el crucificado.
Al tamaulipeco, también lo detienen los italianos, y sus mismos compatriotas exigen cárcel, pues es una vergüenza nacional. Aquí, ni quien se lave las manos por él.
Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba, el menor de 12 hermanos, presidente municipal de Matamoros, gobernador de Tamaulipas, 'suspirante' a la silla presidencial de México, alumno de la escuela primaria Modelo, de la Secundaria Número 1 y de la Preparatoria Juan José de la Garza, siguió los pasos del 'místico' Manuel Cavazos Lerma, hoy senador de la república.
Aún recuerdo los tiempos difíciles que vivieron compañeros de la prensa durante su gobierno estatal, la persecución por no estar de acuerdo con sus ideologías. No había internet, no había redes sociales, las cosas se decían de frente, a través de un micrófono, de una pluma o una cámara de televisión y eso ocasionaba su malestar, su enojo, su enfado, más de uno de sus allegados le hacían llegar las noticias y venía con su dedo acusador 'a cortar cabezas'.
Pero hay que ser objetivos y reconocer que en cada visita a los diferentes municipios siempre tuvo atenciones para los medios mas allegados.
Robó mucho (presuntamente), atendió muy bien a sus amigos fieles que pertenecían a todas las profesiones y esferas sociales, los hizo andar en moto, les organizó cabalgatas, les dio un Festival Internacional, un Festival de Letras, los hizo competitivos, sí, pero, ¿y al pueblo?, también los hizo participes, sólo que ellos desde el umbral, viendo, anhelando, soñando de cómo será hasta el aplauso por el pan y circo que les daba.
Esas mismas prácticas las heredaron sus amigos, después gobernadores Eugenio Hernández Flores y Egidio Torre Cantú. Aunque no olvidemos que muchas de esas prácticas vienen de su maestro, su guía, su gurú, su sensei y antecesor Manuel Cavazos Lerma, quien con toda su espiritualidad y creyente de lo paranormal, no pudo evitar que su amado 'alumno fuera detenido.
Mi abuela decía que de este mundo nadie se va sin pagar en vida, todas las 'travesuras' hechas y Tomás Jesús (le incomoda su segundo nombre) se sintió intocable, inalcanzable, se burló de su pueblo, de su gente, se sintió tocado por Dios, y esta analogía, en fechas santas, la podemos catalogar hasta de herejía.
Si hacemos una comparación, entonces leamos lo que dice en un texto del profeta Isaías (Is 14.12-14) de la Vulgata de San Jerónimo (siglo V), traducción que él hace de la Biblia, del griego (Nuevo Testamento) y hebreo (Antiguo Testamento) al latín, para designar a la palabra Lucero. En este texto se vislumbra el antiguo relato del ángel caído:
"¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú decías en tu corazón: "escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín del septentrión escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al Altísimo".
En la tradición cristiana, Lucifer representa al ángel caído, ejemplo de belleza y sabiduría a quien la soberbia condujo a los infiernos, transformándose en Satanás.
Entonces… Tomás… ¿Tú quién eres?

                                  

Comentarios

Entradas populares